23. CUIDADO CON LOS CONSEJOS

Pepito regresa del colegio llorando a moco tendido. —¿Por qué lloras, hijo mío? —le pregunta su mamá. —Porque por mi culpa, por mi grandísima culpa, ¿1 conserje de mi escuela se ha convertido en homicida. —¡Qué estás diciendo! —La otra mañana, al entrar a clase, vi al pobre hombre lloroso y muy apena- do, quién sabe por qué, y yo, queriendo animarle, le dije: No esté tan triste, Antonio. ¡Mate su pena y diviértase! —¿Y qué pasó? —Pues que el hombre hizo caso de mi consejo y esta mañana le dio cuatro balazos a su suegra.

wdcfawqafwef